lunes, 26 de noviembre de 2007

Patogenia

La característica cardinal de la infección por VIH es la depleción de linfocitos T CD4+, como resultado del tropismo del VIH por esta población de linfocitos que expresan el marcador fenotípico CD4 sobre su superficie. Al principio de la infección los aislados del VIH son M-trópicos (macrófagos). Sin embargo todas las cepas VIH infectan a linfocitos primarios TCD4+, y conforme la enfermedad avanza el tropismo va cambiando de los macrófagos a los linfocitos T (T-trópicos).

Las consecuencias de la disfunción de las células TCD4+ causada por la infección por VIH son devastadoras, debido a que el linfocito T CD4+ desempeña una función decisiva en la respuesta inmunitaria humana. Se encarga de inducir directa o indirectamente una amplia variedad de funciones en las células linfoides y no linfoides, incluidos algunos como la activación de macrófagos, inducción de funciones de celulas T citotóxicas, células NK y células B, y también secreción de factores solubles que inducen el crecimiento y diferenciación de las células linfoides, que afectan a las células hematopoyéticas.

La mayor difusión del virus en la sangre, a medida que el numero de linfocitos TCD4+ desciende, guarda una relación directa con la evolución de los síntomas del SIDA. El VIH induce diversos efectos citopatológicos que pueden matar a los linfocitos T. Entre estos se incluyen una acumulación de copias no integradas de ADN circular del genoma, aumento de la permeabilidad de la membrana plasmática, formación de sincitios e inducción de apoptosis. Mientras más CD4 se exprese, más capacidad tendrá el VIH de matar a la célula, es por esto que los macrófagos pueden escapar a la accion citolítica del virus.

Las proteínas accesorias del VIH son importantes para su replicación y su virulencia. Al parecer, la proteína nef es esencial para favorecer la progresión de la infección por VIH hasta el SIDA, ya que personas infectadas con mutantes de nef y los primates infectados con el virus de la inmunodeficiencia de los simios que carece de nef, han vivido más de lo esperado.

La respuesta inmune al VIH restringe la infección viral pero contribuye a la patogénesis. Se generan anticuerpos neutralizantes contra la gp120 y participan en las respuestas de citotoxicidad celular dependiende de anticuerpos. Pero el virus recubierto de anticuerpos es infeccioso y es absorbido por los macrófagos. Los linfocitos T CD8+ son críticos para controlar la progresión de VIH a SIDA. Los L CD8+ pueden matar a células infectadas por acción citotóxica y produciendo factores supresivos que restringen la replicación viral, induciendo las quimioquinas que también bloquean la unión del virus a su correceptor. Pero el linfocito TCD8+ debe activarse con el linfocito TCD4+ por lo que disminuyen con el curso de la infección.

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