lunes, 26 de noviembre de 2007

Diagnóstico

Los análisis de la infección por VIH se realizan por una de estas 3 razones:

- Para identificar a las personas que padecen la infección para poder iniciar un tratamiento farmacológico antiviral
- Para identificar a los portadores que pueden trasmitir la infección a otros (especialmente donantes de sangre o de órganos, mujeres embarazadas y parejas sexuales)
- Para confirmar el diagnostico de SIDA

La naturaleza crónica de la enfermedad permite el uso de análisis serológicos para documentar una infección por VIH, pero no sirven para identificar a personas infectadas recientemente. El virus VIH es muy difícil de cultivar, por lo que habitualmente no se intenta cultivo. El hallazgo del antígeno viral p24, la enzima transcriptasa inversa, o el ARN viral en muestras de sangre, indica la presencia de una infección reciente o una fase tardía de la enfermedad. El ARN viral de la sangre se puede detectar mediante la PCR-transcriptasa inversa y mediante métodos de cadena ramificada de ADN. Los valores en sangre de ARN viral también son útiles para controlar el éxito del tratamiento antiviral.

Serología

Para el control habitual se utilizan enzimoinmunoanálisis (ELISA) o los procedimientos de hemaglutinación. Sin embargo, la prueba de ELISA puede dar resultados falsos positivos y no detectar una infección reciente. En consecuencia, para confirmar los resultados seropositivos se utilizan procedimientos más específicos, como el análisis Western Blot. Este análisis determina la presencia de anticuerpos contra antígenos virales (p24 y p31) y glucoproteínas (gp41 y gp120/160). Los anticuerpos contra el VIH pueden desarrollarse lentamente, tardando en la mayoría de los pacientes de 4 a 8 semanas en aparecer, sin embargo hasta en el 5% de los afectados pueden llegar a tardar hasta 6 meses.

Estudios inmunológicos

El estado de una infección por VIH se puede deducir de un análisis de subpoblaciones de linfocitos T. en los individuos infectados por VIH. El numero total de linfocitos CD4 y la proporción entre linfocitos facilitadores e inductores (proporción CD4:CD8) son anormalmente bajos. La concentración concreta de linfocitos CD4 identifica la fase del SIDA.


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